Más que fiel a la Fórmula Uno, Michael Schumacher le guardó fidelidad a las matemáticas, a unos números que le encumbran carrera tras carrera hasta los 80 triunfos que firmó en Silverstone y a una escudería que volvió a sacar partido de su cientifismo. Fernando Alonso fue décimo y Marc Gené, duodécimo.